«Con rumbo claro: unidad y compromiso por el futuro de la UAS»

Jacinto Robles Salazar.

México vive tiempos de redefinición. La educación pública, especialmente la universitaria, se mantiene como un pilar estratégico para el desarrollo nacional. Pero hoy, más que nunca, ese pilar enfrenta presiones crecientes: financiamiento limitado, falta de subsidios etiquetados, aumento en la demanda estudiantil sin respaldo proporcional y, en muchos casos, intentos por vulnerar la autonomía de las instituciones.

En medio de este panorama, la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS) da inicio al ciclo escolar 2025-2026 con una ruta clara: unidad, responsabilidad y visión institucional. Lejos de optar por el conflicto o el inmovilismo, la universidad ha decidido enfrentar sus desafíos con liderazgo firme, apertura al diálogo y una profunda convicción de servicio a la sociedad.

Con ese propósito, se ha trazado una reingeniería financiera, administrativa y normativa que busca fortalecer la viabilidad y sustentabilidad de la UAS, sin comprometer su esencia como institución pública, gratuita, incluyente y de calidad. Esta reingeniería se desarrollará a partir de foros de análisis y discusión, que estarán guiados por ocho ejes estratégicos: Revisión de programas educativos, Cobertura educativa, Compactación de grupos, Revisión de la plantilla del personal de confianza, Catálogo de servicios universitarios, Gasto operativo, Sueldos de directivos y funcionarios y Normatividad laboral.

Este ejercicio no será unilateral. Muy al contrario: se llevará a cabo de la mano del Sindicato Único de Trabajadores de la Universidad Autónoma de Sinaloa (SUNTUAS), en sus dos secciones: académicos y administrativos. A lo largo de esta etapa, se respetará plenamente la legislación laboral vigente y se buscarán, siempre, acuerdos que permitan garantizar los salarios y prestaciones laborales de manera responsable, acorde con los tiempos que vivimos.

La jubilación dinámica, por su parte, no es un tema marginal. La UAS la asume como una prioridad institucional, y por ello se están generando condiciones objetivas para su fortalecimiento y sostenibilidad. Porque la universidad no olvida ni olvidará el compromiso con quienes han dedicado su vida al servicio académico y administrativo de esta casa de estudios.

En este camino, el liderazgo del rector, Dr. Jesús Madueña Molina, ha sido determinante. A pesar de las dificultades financieras que enfrenta la institución, ha sostenido el principio de cobertura total a aspirantes de nivel medio superior, ha defendido los derechos laborales y ha evitado caer en escenarios de confrontación que solo conducen al desgaste institucional.

La UAS ha optado por responder con hechos, no con discursos vacíos. Por construir soluciones en lugar de fomentar divisiones. Y por mantener viva su vocación transformadora, ahora fortalecida con procesos de planeación estratégica, participación colectiva y diálogo social.

Ante los grandes desafíos de la educación pública en el país, la unidad institucional no es una consigna: es una necesidad histórica. Las universidades no pueden avanzar si se fragmentan desde dentro. Por eso, la UAS convoca a toda su comunidad: docentes, estudiantes, administrativos, investigadores y jubilados a caminar juntos en la defensa de una universidad fuerte, moderna, libre y comprometida con las generaciones futuras.

Porque la Universidad Autónoma de Sinaloa no es un proyecto de unos cuantos: es el patrimonio de todo el pueblo sinaloense. Y su defensa, hoy más que nunca, exige visión, madurez y compromiso real.