Solo el 42% de aspirantes a educación superior fueron admitidos en la UdeG.
A diferencia de la UAS que continúa con la UNIVERSALIDAD EDUCATIVA.
En tiempos donde la incertidumbre y las limitaciones presupuestales amenazan el acceso a la educación superior en diversas partes del país, la Universidad Autónoma de Sinaloa reafirma con hechos su compromiso irrenunciable con la universalidad educativa.
Mientras otras instituciones, como la Universidad de Guadalajara, han admitido a menos de la mitad de los jóvenes aspirantes en el proceso de ingreso para el ciclo escolar 2025-2026, destacando que en áreas de la Salud como Medicina han aceptado a menos del 20 por ciento. La UAS por su parte, continúa ofreciendo una cobertura total en su nivel medio superior y superior, llegando a recibir a un 100 por ciento de los aspirantes para todas sus carreras, precisando que solo en Medicina y Odontología se sigue trabajando incansablemente a partir de los grupos A en la lógica de no dejar sin oportunidad a nadie de los aspirantes.


Este esfuerzo no es casualidad. Es resultado de una política institucional clara, encabezada por la actual administración universitaria, que prioriza el derecho a la educación como un principio rector. A pesar de enfrentar una compleja situación financiera, la Universidad no ha cedido en su misión social: formar generaciones de jóvenes con preparación académica, sentido crítico y compromiso con su entorno.
Este logro, sin embargo, requiere más que voluntad. Requiere unidad. Requiere una comunidad universitaria alineada en torno a sus valores fundacionales, consciente de que los retos actuales solo pueden enfrentarse con responsabilidad colectiva y visión compartida.
Ahora más que nunca es momento de hacer sinergia. De cerrar filas en torno a la institución, de sumar esfuerzos entre estudiantes, docentes, trabajadores y egresados. Porque lo que está en juego no es solo el presente de la UAS, sino su futuro como espacio de inclusión, movilidad social y desarrollo regional.
Frente a la exclusión que otros sistemas padecen, la UAS responde con inclusión. Frente a la fragmentación, responde con cohesión. Frente a la adversidad, responde con compromiso.
La Universidad Autónoma de Sinaloa sigue siendo un bastión de oportunidades. Y para que lo siga siendo, necesita de todos.